lunes, 6 de abril de 2020

¿Que te gustaría hacer si nacieras de nuevo?


Si logramos que el Coronavirus no nos mate, seremos sobrevivientes, así de simple. Nuestra vida, que hasta ayer nos parecía “natural”, tendrá entonces un valor especial, y será resultado de una conjunción de varios hechos fortuitos, el principal que no nos contagiamos, pero también las desconocidas manos del azar, el destino, o Dios si prefieres.
Si logro seguir vivo (toco madera) será como si naciera de nuevo. Apenas la imaginé, esta posibilidad me pareció deslumbrante y decidí ponerla en práctica. Aunque seguía siendo un adulto mayor, ahora tenía la posibilidad de dibujar un horizonte y elegir los senderos que él me proponía.
¿Qué haría, entonces? Primero me detendría en las pequeñas cosas, y entre ellas el perpetuo milagro de la vida. En las mañanas de otoño vería los girones de niebla entre los árboles. Aquí me detendría a observar la compleja trama de una telaraña, que tanto se asemeja a las redes de hoy. Allí vería un caracol en marcha, llevando al hombro su castillo y su armadura, como un caballero medieval.
Por las noches vería aparecer la luna en cualquiera de sus fases que tan bien reflejan las etapas de la vida: nueva, creciente, llena, menguante, para luego morir y renacer, mes a mes.
Ya en mi vida gregaria (que mantengo a pesar de la cuarentena) podría mirar con nuevos ojos (cataratas mediante) al Otro y la Otra que llegan a mi puerta. Vería su apostura, semblante, gesto y vestidura. Todo me hablaría del Sujeto, en su insondable transparencia.
Otro sería también al hablar, no solo en el soliloquio mental sino en voz alta, la que usa todo/a actor/a para desempeñar su rol. Ya conciente de mí, aun con regla imperfecta trataría de medir mis palabras, tarea no menos difícil que conducir un barco a la deriva.
Luego, debería aprender a escuchar a mis colegas del teatro cotidiano. Mantén limpio tu oído, me dijo alguien hace tiempo, y no lo he olvidado.
Por último, me gustaría mantener algunas actividades de mi vida anterior: la de familia en primer lugar, y junto a ella la de habitante de la civitas. También mi trabajo de docente y bibliotecario, que antes me parecían conocidas y ahora tengo que volver a aprender.
¿Vale la pena o no nacer de nuevo?

1 comentario:

  1. opto despues de esta experiencia pandemica,cada dia morir con el sueño
    nocturno y revivir en el despertar mañanero,sin perder mi carnalidad yamandola mas que siempre, y si Albertico (y ahi nos podemos encontrar) amaria mas cada manifestacion de la vida,desde lo subatomico a lo incomprensible de la grandiosidad del universo,sabiendo que soy yo mismo...que lindo no? te abrazo siempre.

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