sábado, 23 de enero de 2016

Milagro Sala presa: amenazas en ciernes

“Es que estamos aprendiendo…”.
Hernán Lombardi, Secretario de Medios
en diálogo con Mirta Legrand.

Milagro Sala en la cárcel supera los peores pronósticos para los primeros 100 días del gobierno que asumió el 10 de diciembre. Y solo van 45. No es un buen anuncio para el futuro del diálogo de las autoridades con los sectores populares. Muestra la actitud de desprecio que los nuevos funcionarios tienen hacia los dirigentes surgidos durante el período K, y al mismo tiempo la incapacidad para superarlos en el diálogo político o la acción. En este caso han recurrido a la vía judicial: el Gobernador Gerardo Morales informó que fue detenida “por acumulación de causas”, figura que nunca había escuchado como delito penal que mereciese barrotes. Aunque no soy bueno en aritmética, llegué a concluir que diez causas pueden llevar a una ciudadana a la cárcel, mientras sesenta no impiden a otro ciudadano desempeñar un alto cargo en la gestión pública, e inclusive aplaudir –si no disponer- la sanción aplicada a la primera. 

La pregunta es por qué fue elegida esta dirigente para abrir la lista de presos políticos. Aquí también se acumulan las causas posibles: comer una pieza opositora y desarticular una organización y un movimiento social; en Jujuy, la única provincia del NOA donde gobierna Cambiemos; las señales que de allí surgen son varias, y las resumo en alerta amarillo para la acción social y política de este y los años que vienen. La decisión contiene un marco disciplinador de la iniciativa de las organizaciones sociales, al revés de lo que promete para los sectores empresarios. En cualquier caso es preocupante, porque la limitación de los horizontes de grupos e individuos es un retroceso directo a tiempos ya conocidos.

Milagro es la víctima propiciatoria, juzgada y condenada por los medios que ya sabemos, omitida su obra, su logro personal y colectivo, y el liderazgo obtenido mediante entrega total y capacidad organizativa. El objetivo es la Tupac-Amaru, su creación, una ONG singular, compuesta por más de 600 grupos cooperativos en Quebrada de Humahuaca y Puna, con poblaciones expoliadas desde la conquista. En ese escenario de los márgenes Sala concibió y lleva adelante un ambicioso proyecto de empoderamiento social –organizativo, económico, político- en una zona huérfana, no solo de proyectos, sino también de respeto y confianza, cualidades que el Estado no siempre sabe suscitar. Se apoya en una cultura de larga historia (aymara-quechua) y en reglas de reciprocidad personal y comunal.

Tuvo apoyo gubernamental durante los períodos de Néstor y Cristina, que entre otras cosas se tradujo en la distribución de planes sociales en su área de influencia. Sin duda fueron centrales para su ambicioso programa de redistribución-participación. La vivienda social fue uno de sus objetivos. Para producir todos los componentes de las viviendas se crearon fábricas de bloques, carpintería metálica y núcleos húmedos, lo que requirió capacitar a cientos de personas para oficios que no habían desempeñado antes.

Entre otras obras, se construyó el barrio “Tupac Amaru” –apodado “El Cantry” en irónico spanglish- complejo residencial de original diseño, acompañada por una monumental obra que reproduce la Puerta del Sol de Tiwanaku. Según la fuente que consulté, las viviendas costaron la mitad de las fabricadas por el Estado, y se construían en un cuarto del tiempo.[1] Esto habla de una organización compleja y solidaria, que utiliza la ayuda mutua y se basa en un mando centralizado con severa autoridad, por añadidura en manos de una mujer. Todos estos rasgos son propios de la cultura andina.

Los “estados”

Pero estos días la mujer que conduce este emprendimiento está presa, y en muchas ciudades se protesta en las calles exigiendo su libertad. ¿Y quién es Milagro Sala? La prensa ahora oficial que aprueba su detención ya hace tiempo que viene demoliendo su imagen, presentando los que entiende como sus peores rasgos. “Ha creado un estado dentro del Estado”, acuñó hace un tiempo un tribuno mediático (Jorge Lanata) y la frase se repite a coro. Sin embargo, si una ONG logra realizar obra que el estado, provincial o nacional, no podía de modo alguno realizar, porque no cabía en su cabeza, que está presa por las reglas del mercado, ¿cuál es el problema? Más aún, muchos grupos trabajan hoy en las grietas del capitalismo y las zonas de vacío que deja el Estado, y están haciendo avances innovadores en la economía social. En los proyectos agrarios se defienden las economías familiares y las prácticas que favorecen la autonomía de las economías campesinas, expoliadas por los intermediarios y debilitadas por las migraciones estacionales. Entonces, un proyecto que fortalece el tejido comunitario, las redes asociativas tradicionales, el aprendizaje de oficios y la valoración de la propia historia, es un logro.

¿Estado dentro del Estado? Si de eso se trata, a pocos kilómetros de San Salvador de Jujuy se encuentra el enclave Ledesma, a quien muy bien podría aplicarse la denominación. Pero no, ni hablar. Es solo un gran polo agroindustrial, un conjunto de empresas dedicadas a diversos rubros –azúcar, alcohol y combustibles, papel, etc.- con sólidas redes comerciales y familiares vinculados a la llamada aristocracia y los grupos empresariales más poderosos: cotiza en la Bolsa de Valores. Pero sí se puede hablar del Estado de Milagro Sala. Digamos de paso que a lo largo del último siglo, hasta que se mecanizaron las cosechas, muchos de sus pobladores bajaron a las zafras del Estado de Ledesma, y quizá lo siguen haciendo en otras actividades. De modo que el aumento del empleo y el ingreso en el primer Estado, disminuirá el flujo de fuerza de trabajo barata en el segundo. Esta es otra razón para tampoco hablar de eso, pero permite imaginar las consecuencias sociales, económicas y políticas que puede generar un proceso de desarrollo local sobre las tramas de control de la fuerza de trabajo existentes en la región.

El mito andino

Pero creo que es otro el verdadero problema, del que no se habla porque está oculto, oculto en las palabras, aunque tan a la vista como la carta robada en el cuento de Poe. Tupac Amaru -Serpiente Resplandeciente - remite a un mito andino y también a un líder de la resistencia y la revolución a fines del siglo XVIII, cuya tarea prosiguieron otros miembros de su familia en sucesivos levantamientos, uno de ellos con centro en la ciudad de Tungasuka. Más cercana en tiempo y región está la presencia de los Tupamaros, con lo que el milenarismo se suma a los movimientos revolucionarios de los 60 y 70. Un precursor de este pensamiento en Santiago del Estero fue Francisco René Santucho, que junto con su hermano Roberto impulsó el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP), y en sus artículos en la revista Dimensión (1956-62) sostenía que la condición del indio, en tanto legado y cultura, estaban vivos y eran indispensables para pensar en un proyecto verdaderamente nacional.

El mito reaparece y no se sabe bien qué hacer con él, lo mismo que con las yararás que llevan los camalotes a la costa del río de la Plata. Pero no intranquilizarse: Ambrosetti y Cortazar interpretan la figura de la serpiente como guardiana del pasado, pues habita en los enterratorios y lugares sagrados; por eso se supone que su imagen está presente en el diseño de las urnas funerarias, y aún de la alfarería utilitaria. Traducido al presente, el mensaje de la serpiente nos recuerda la multiculturalidad fundante de Argentina, que más tarde otros lavaron, para luego grabar a fuego la idea de que el país es una sucursal blanca de Europa en América. Ahora es necesario volver al punto con el que comenzamos la nota.

Palabras que ya no se usan

Miremos al gobierno que ha tomado esta medida: más allá de sonrisas y promesas de felicidad, hay una sólida monocromía de afiliación territorial, empresaria y de clase. Las declaraciones públicas, la entrelínea y las acciones dejan verlo: el país es una empresa –no hace falta aclarar que capitalista- nacional e internacional, con filiales en las economías regionales. Antes que en una ecuación política, el problema se resuelve en una matriz de insumo-producto y otra de costo-beneficio. No quiero usar ‘porteñidad’ ni ‘oligarquía’, y menos aún ‘racismo’, palabras pasadas de moda que no admite el lenguaje políticamente correcto. Pero estas antigüedades me vienen a la mente, y entre todas arrojan un tufillo característico que el olfato del norte reconoce bien.

Unos días antes de asumir como ministro, Alfonso Pratt Gay expresó su deseo: que no hubiese más presidentes de las provincias, que podían venir “hasta de Santiago del Estero”, ejemplificando algo así como lo peor. Aún está a tiempo de pedir disculpas, y nosotros de agradecerle ese lapsus visceral, porque contiene la marca de fábrica de una forma de hegemonía y una cultura de superioridad-subordinación de larga presencia en la historia nacional. Aunque se trata de una ficción consentida, emitida y autolegitimada por Buenos Aires, este anacronismo resucita y, como en otro tiempo, se vuelve contra el “interior”, en su sentido lato de provincianía, otra palabra que ya no se usa.

Final con agradecimientos

Ahora es más fácil comprender el caso. Por mujer, indígena y del norte más remoto, pareció una presa ideal para iniciar un control de la frontera y eventualmente tender un cerco ideológico: se ha cortado el vínculo con Bolivia y Venezuela, así que la proximidad a Evo y la imagen del Ché que abundan en la gráfica urbana del barrio Tupac-Amaru no se corresponden con este nuevo tiempo. Aunque Sala no se define como socialista, su labor, basada en el trabajo comunitario, renuncia decididamente al concepto capitalista.

Por lo tanto hay muchas cosas que hacen ruido en el directorio. La reanudación de las relaciones con Estados Unidos y los acuerdos anti-narco hacen prever el aumento de la fuerza militar, quizá también la CIA, en todo el norte. Nada peor entonces que una organización filo-socialista. Es prematuro decir que estamos ante una cacería macartista, pero no que se trata de una agresión a los herederos de los pueblos originarios y a la capacidad de desafiar las leyes del mercado.

Las expresiones desdeñosas y condenatorias de la figura de Milagro Sala que han usado el gobernador Morales y el presidente Macri merecen también comentario, pero lo dejaré para otro momento. No quiero apresurarme en la evaluación de su desempeño, ya que aún están aprendiendo. Y yo también, todos los días. Por ejemplo, aprendo de esta nueva etapa Cambiante, que ha estimulado mis estados de ánimo, pasando de la expectación al malestar, de la irritación al desánimo, habiéndome situado últimamente en actitud de franco agradecimiento.

En efecto, ha logrado sacarme de mis casillas y resucitado el nervio lírico que conviene al combate. Sí, no nos asustemos ante la idea civilizada de que la oposición tiene no solo que poner freno a los excesos del poder, sino también a desactivarlos en sus fuentes. La democracia supone debates y conflictos, y habrá que estar armados para ello. La doctrina de Sun-Tzu y Don Juan Matus es buena para construir la paz, y su ignorancia para viceversa. Gesto cordial y enseñante –ya que están aprendiendo- y actitud combatiente, sobre todo ante los monopolios internos y la venta de país en el mercado de futuros.

Habrá mucho que hacer ante la empresa de demoliciones, la supervisión las nuevas obras, y sobre todo estar alerta ante el aparato ideológico neoliberal que amenaza naturalizarse. Caso ejemplar de ocultación, deformación y construcción de verdad a que nos expone la prensa hoy, es el de Milagro Sala y Tupac-Amaru. Apoyamos a esta valerosa hermana y la organización que la acompaña, al tiempo que agradecemos al gobierno nacional, que con su acto ha clarificado lo no dicho, y nos da ocasión para defenderla.

Plaza del Maestro, 11 de marzo de 2016.




[1] http://www.taringa.net/posts/imagenes/13364422/Fotos-del-barrio-Tupac-Amaru--S-S-de-Jujuy.html