jueves, 19 de marzo de 2020

Lo bueno del Coronavirus


Para estar a tono con la crónica y el tema del día me ocuparé del Coronavirus, que tantos problemas causa y se ha convertido en el eje del discurso mediático, y aun el cotidiano entre familiares, amigos y vecinos, con los que ahora mantenemos distancia.
1. Se trata de un momento social inédito por muchas razones. Una de ellas es la existencia de la prensa y las redes virtuales de comunicación, que no existían en 1871, cuando se produjo la primera epidemia de fiebre amarilla que afectó a la ciudad, seguida por otra y luego por el cólera. Me baso en los datos del Dr. Vicente Oddo en su “Historia de los médicos y la medicina en Santiago del Estero”.
Luego vino el asedio del paludismo, que también produjo endemia generalizada y muertes. Recordemos que lo afrontó el Dr. Antenor Álvarez con el saneamiento del actual Parque Aguirre, que entonces era una laguna poblada de mosquitos, mediante la plantación de eucaliptus, cuyas raíces son grandes absorbentes de agua.
¿Hubo otra enfermedad significativa en nuestra provincia y la región? Sí, fue el mal de Chagas-Mazza, contagiado por la vinchuca, que habitaba los ranchos de las familias rurales y de menores recursos.  Como afección de pobres, fue invisible hasta que la gestión del Dr. Ramón Carrillo en los años 40 y 50 del siglo pasado.
2. Ahora intentaré ver los aspectos positivos del Coronavirus, porque pienso que la pandemia no debe convertirse en un pandemónium. En primer lugar destaco su carácter democrático, pues no diferencia entre razas, etnias, nacionalidades y niveles sociales.
Luego destaco que defenderse de él, o prevenirlo, se ha convertido en una causa común, que supera las fronteras de clase, ideologías y mentalidades, que tan frecuentemente nos dividen. He aquí que el enemigo nos ha dado la oportunidad de unirnos, como nos sucedió a comienzos del siglo XIX cuando los pueblos americanos desafiamos el poder de la Corona española, lo que fue un aliciente para adquirir conciencia no solo de nuestras fuerzas sino también de las identidades nacionales y provinciales que nos sustentaban.
El obstáculo (la valla) estimula el salto para superarlo. En medio de una sociedad dividida por la política, el fútbol o las clases, el Coronavirus ofrece una posibilidad –que también es una exigencia- para pensarnos en conjunto.
3. El Coronavirus nos propone también un aislamiento productivo que adultos y niños debemos aprender. Artesanía, huerta y lectura se convierten ejes del “estar en casa” que nos reclama el momento.
Propongo aquí el contacto con la biblioteca popular más cercana a nuestra casa. Como integrante de una de ellas, la llamada Amalio Olmos Castro, te cuento que todas tenemos sistemas de préstamo de libros a domicilio
Por último, es un desafío para la imaginación y el día a día de nuestro cotidiano vivir. Aprovechémoslo pues para estimular nuestra capacidad de hacer en el arte de vivir, crear y aprender a saludarnos con el codo.

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